Viajar a los rincones más rurales del país suele ser una aventura, no sólo porque muchas veces los caminos y señaléticas no funcionan como en la ciudad, sino por los productos únicos que se pueden encontrar.
La promoción del llamado “turismo rural” ha hecho que crezca el interés de las personas por visitar zonas aisladas, donde no sólo se puede disfrutar de paisajes naturales y un merecido descanso, sino que además se puede compartir y vivir las tradiciones campesinas.
Es habitual que cuando los turistas llegan a lugares rurales se hospeden en las casas u hostales de las mismas familias locales, quienes además ofrecen alimentos cultivados o preparados por ellos mismos.
Incluso, los habitantes de estas tierras aprovechan la geografía para ofrecer actividades, como caminatas o cabalgatas, dejando maravillados a los visitantes.
Otro aspecto que cautiva a los turistas que visitan zonas rurales son los productos y sabores únicos del campo. Queso de cabra, aceite de oliva, miel, digüeñes, murtas, arándanos, son solo algunos de los productos que se ofrecen en zonas específicas del país, por lo que es necesario viajar para lograr obtenerlos.
Esta situación podría cambiar gracias a un catálogo elaborado por el Instituto de Desarrollo Agropecuario (INDAP), donde se ofrecen los productos de la pequeña agricultura del país para que compradores mayoristas puedan comprar a distancia.
¿De qué se trata? El Catálogo de Productos de la Agricultura Familiar Campesina, disponible en la dirección https://catalogo.indap.cl, expone toda la variedad de productos de emprendedores rurales, con el fin de vincularlos con potenciales compradores mayoristas, tiendas especializadas y hoteles, restoranes o casinos.
Esta muestra incluye alimentos procesados, artesanía y, próximamente, turismo rural, oferta dirigida a agencias y tour operadores. “La idea es abarcar a todo el espectro de pequeños productores que deseen integrarse a una red comercial”, señaló Rodrigo Díaz, ejecutivo de INDAP que está a cargo del proyecto.
Aunque no es excluyente, esta iniciativa no está orientada al consumidor final, sino que a las compras al por mayor y a los contratos de compra. “Se trata de un conducto para que los productores que tienen una oferta interesante y consolidada puedan llegar a los posibles clientes que quieran establecer con ellos un trato directo y así masificar sus ventas”, afirmó Díaz.
Hasta ahora, el catálogo cuenta con alrededor de 400 productos de 150 emprendedores. Entre los más novedosos están: té de zanahoria tostado en hornos de barro en el valle de Camiña (Tarapacá); miel, jalea real y propóleo de colmenares de Chile Chico (Aysén); café y harina de chañar de San Pedro de Atacama (Antofagasta); jugos de copao de Combarbalá (Coquimbo); granola y pipokas de amaranto de Cabildo (Valparaíso); mantequilla de maní de Chépica (O’Higgins); chuchoca y harina tostada de Constitución (Maule); joyería lafkenche de Tirúa (Biobío); puré de castañas de Victoria (La Araucanía); y pastas de ajo chilote de Ancud (Los Lagos).
Esta idea pretende que los pequeños productores cambien el chip y se animen a vender al por mayor, no sólo en un evento específico, como la ExpoMundoRural o durante el verano cuando hay turistas, de tal manera que tengan un ingreso seguro durante todo el año.
La intención es que, de esa forma, los agricultores puedan dejar de asistir a ferias o vender en el barrio para dedicarse exclusivamente a producir más.
Se espera que, en una segunda etapa, sean los emprendedores quienes registren su oferta en el catálogo, para que luego una contraparte regional de INDAP monitoree y valide esta información, en relación a la calidad de los productos, resoluciones sanitarias y aspectos tributarios.
“Mientras más grande sea la red, más posibilidades hay de vender en buenas condiciones. Si un productor tiene trigo, alfalfa, mermelada, aceite o artesanías, tiene que utilizar esta herramienta”, explicó Rodrigo Díaz.