La pandemia afectó a todo el mundo y las consiguientes consecuencias económicas han sido generalizadas. Las consecuencias de los paros generalizados y los importantes golpes financieros en diversos sectores del mercado afectaron especialmente a los jóvenes profesionales. Este grupo, que a menudo se encuentra en los primeros años de su carrera o acaba de entrar en la fuerza de trabajo, ya era vulnerable en comparación con las generaciones anteriores. Una de las principales conclusiones de este último año: La importancia para los jóvenes profesionales de centrarse en la gestión de sus finanzas.
El año pasado demostró la importancia de planificar con antelación y hacer todo lo posible para ser prudente desde el punto de vista financiero. Contar con ahorros puede marcar la diferencia en tiempos difíciles.
La buena noticia para los adultos jóvenes es que tienen el tiempo de su lado.
Tanto si eres un joven profesional como si entre tus empleados hay jóvenes profesionales o tus hijos son jóvenes profesionales, toma nota o comparte estas cuatro lecciones de gestión financiera.
Adquiere conocimientos de finanzas
Es fácil asumir que la mayoría de la gente entiende los fundamentos de la planificación y la gestión financiera, pero la verdad es muy diferente. Un artículo de USA Today de 2019 destaca esta desconexión e informó que solo el 57% de los adultos en los Estados Unidos se consideran financieramente alfabetizados. Otros estudios han demostrado que solo alrededor de la mitad de los adultos jóvenes con educación universitaria de entre 25 y 34 años de edad respondieron correctamente a las preguntas para evaluar los conocimientos financieros básicos. Estos resultados ponen de manifiesto la falta de educación sobre planificación financiera que se imparte durante los años escolares.
Es difícil crear una hoja de ruta exitosa para tu futuro financiero si no conoces lo básico. ¿Qué significa tener conocimientos financieros?
Para los jóvenes profesionales, hay que educarse para asegurar al menos una comprensión superficial de las cuestiones financieras más comunes, como el presupuesto, los tipos de interés, los préstamos, los impuestos, las prioridades financieras y la deuda. Los asesores financieros y otras personas pueden ayudar, pero es necesario tener esos conocimientos básicos.
Empieza a ahorrar y no dejes de hacerlo
Hay una razón por la que se atribuye a Albert Einstein la afirmación de que el interés compuesto es el mayor invento de la humanidad y la octava maravilla del mundo. Es increíblemente poderoso y los jóvenes profesionales están en la mejor posición para utilizar el interés compuesto en beneficio de sus objetivos financieros.
Además, es fácil empezar a ordenar las finanzas. Empieza a ahorrar un poco desde tu primer sueldo y sigue añadiendo a esa cuenta. Añade un poco más cada vez que recibas una bonificación o un aumento de sueldo y mantén esa cuenta de ahorros o de jubilación bloqueada. No la toques y observa cómo crece tu dinero.
¿Cómo sabes si estás ahorrando la cantidad adecuada? Una buena regla general es ahorrar lo suficiente como para que te duela un poco (por ejemplo, dejar de comer fuera una noche a la semana). Cuanto antes empiece a ahorrar, más fuerza tendrá el interés compuesto y menos tendrá que ahorrar más adelante.
A la hora de plantearse cuánto ahorrar, piense en sus objetivos y en su tolerancia al riesgo. Una cuenta de ahorro genérica en un banco es un buen comienzo, pero no le servirá para obtener grandes rendimientos. Busque cuentas de bajo coste con mayores rendimientos, como las cuentas del mercado monetario.
Una nota final sobre los ahorros. Si recibes una entrada de dinero por sorpresa -un cheque de estímulo, un reembolso de impuestos, una bonificación, etc. – Date un capricho con una pequeña parte y pon la mayor parte en ahorros. Querrás tenerlo a mano en caso de que haya una emergencia financiera. Una buena regla general es tener dos cuentas de ahorro. Una cuenta debe ser un fondo de emergencia con el valor de seis a ocho meses de gastos regulares y la segunda cuenta debe utilizarse para ahorrar para su futura jubilación o para gastos mayores, como su primera casa.
Piensa ya en la jubilación
Ahorrar es importante para tener un colchón a medida que envejece y para estar preparado para la jubilación. Para los jóvenes profesionales, la jubilación está a décadas de distancia, pero si quieres un estilo de vida que puedas disfrutar de verdad cuando te jubiles, tienes que empezar a trabajar en ello ahora.
He aquí una estrategia sencilla que los jóvenes profesionales pueden aplicar al principio de su carrera (aunque en realidad es aplicable a cualquier persona en cualquier etapa): Exprimir al máximo tu opción de ahorro a través de tu empresa. Este dinero se deducirá automáticamente de tu nómina y se colocará en tu ahorro personal. Es como si nunca hubieras tenido el dinero en tu bolsillo, así que no lo echarás de menos (pero lo agradecerás más adelante). Este movimiento también le ayuda a maximizar la aportación de su empresa, lo que se traduce en más dinero dirigido a su cuenta de jubilación. Al igual que ocurre con otros tipos de ahorro, cuanto antes empiece, menos trabajo tendrás que hacer al final.
No obstante, no todas las empresas tienen esta facilidad. Si no es tu caso, tu mismo puedes iniciar una cuenta de ahorro con mucha fuerza de voluntad. Recuerda que un orden de tus finanzas actuales, significa una mejor vejez a futuro.
Planifica tus finanzas, planifica tu futuro
Mirar al futuro es algo más que planificar la jubilación. La planificación de la jubilación es, sin duda, crucial para todos los jóvenes profesionales, pero no debería detenerse ahí. Algunas otras consideraciones de planificación financiera comunes que hay que tener en cuenta son
- Seguro de vida: Es más barato y más fácil de conseguir cuando se es más joven.
- Seguro de incapacidad a largo plazo: Al igual que el seguro de vida, es más fácil de obtener y menos costoso cuanto más joven seas. Dato curioso: Hay más personas que necesitan un seguro de incapacidad que un seguro de vida.
- Planificación fiscal: Revisa las retenciones anualmente para no pagar de más.
- Beneficios para los empleados: Aproveche los programas, las pólizas de seguro y los incentivos que le ofrece su empleador, ya que suelen ser más baratos (o gratuitos) cuando se ofrecen a través de su empresa.
- La preparación y la planificación adecuadas pueden situar a los jóvenes profesionales en un camino financiero que les recompensará durante décadas. Sólo hay que empezar.