En respuesta a la creciente necesidad de mejorar la gestión de la innovación en las pequeñas y medianas empresas (pymes) a nivel europeo, se ha lanzado una iniciativa centrada en la estandarización de herramientas y procesos. Este esfuerzo, que se detalla en el plan de negocios del comité, tiene como objetivo proporcionar a las pymes y otras organizaciones método y enfoque para desarrollar su gestión de la innovación de manera sistemática. Con ello, se busca no solo impulsar la competitividad a largo plazo de estas entidades, sino también fomentar un ambiente más propicio para la innovación en el continente europeo. La importancia de este tema ha sido reconocida no solo a nivel nacional, sino también por la Comisión Europea, que avala la necesidad de este estándar como parte de una estrategia más amplia para la innovación en Europa.
La importancia política y económica de promover la innovación ha llevado a la propuesta de una norma que facilite la gestión de este proceso. Es evidente que la innovación se ha convertido en una cuestión crítica, ya que las empresas deben adaptarse o quedar atrás en un mercado cada vez más competitivo. La estandarización, que se ha utilizado exitosamente en áreas como la seguridad y calidad, ahora se posiciona como una pieza clave para mejorar la gestión de la innovación. Por lo tanto, contar con un marco normativo claro permitirá a las organizaciones no solo implementar buenas prácticas, sino también medirse y evaluarse en un contexto más amplio y compartido en toda Europa.
Un aspecto vital para el éxito de esta iniciativa es la colaboración. Desde su inicio, se ha promovido una alta participación de diversas partes interesadas, incluyendo pymes y organismos de normalización de diferentes países europeos. En este sentido, la serie UNE 166000 y el trabajo de AENOR en la normalización desde 1996 destacan como ejemplos de la relevancia de contar con normas nacionales que ahora se expanden a un contexto europeo. La creación de un comité técnico a mediados de 2008 ha permitido establecer las bases para la discusión y desarrollo de estas normas, culminando en varias reuniones plenarias donde se ha alcanzado un notable consenso y se han formado grupos de trabajo dedicados.
Este esfuerzo de normalización no solo aborda la necesidad de un enfoque sistemático para la innovación, sino que también promueve el intercambio de conocimientos y buenas prácticas entre organizaciones de diferentes niveles de madurez en la gestión de la innovación. La expectativa es que estas normas sirvan como herramientas prácticas que ayuden desde organizaciones que están dando sus primeros pasos hasta aquellas con alta capacidad innovadora, contribuyendo a un incremento en el número de usuarios y al reconocimiento de la labor desarrollada por el comité. Así, la normatividad se convierte en un recurso esencial para asegurar que la innovación sea una constante dentro del tejido empresarial europeo, en vez de una serie de iniciativas aisladas.
En cuanto a la experiencia acumulada en el desarrollo de esta norma, el trabajo ha superado las expectativas iniciales. Desde la creación del comité, se han llevado a cabo dos reuniones plenarias significativas que han evidenciado el interés y la colaboración de representantes de 13 países. Mi papel como Secretario del comité es coordinar estas actividades, asegurando que todos los miembros estén informados y apoyados. Mi background como ingeniero mecánico y mi experiencia en normalización me permiten facilitar la traducción de conocimientos especializados en directrices normativas, un rol que aunque no me coloca como experto en innovación, es crucial para el éxito de esta iniciativa. Así, la creación de un marco normativo tiene el potencial de ser un pilar en la estrategia de innovación de las pymes en Europa.