El Centro de Innovación Regional ha emergido como un actor clave en el impulso de la salmonicultura en Chile, con la ambición de posicionar al país como un líder global en tecnología y sostenibilidad. Desde su apertura en junio de 2023, ha establecido conexiones significativas entre emprendedores, startups y empresas de diversos sectores, trabajando de manera colaborativa para enfrentar los desafíos del sector. Julio Brintrup, director ejecutivo del Centro, destaca la importancia de construir redes sólidas y relaciones de confianza que permitan un intercambio de conocimientos y recursos, vital para el crecimiento del sector salmonicultor.
A través de un enfoque territorial, el Centro ha logrado entender las particularidades de las 30 comunas de la región, lo que les ha permitido desarrollar estrategias adaptadas a las necesidades locales. Brintrup enfatiza que cada sector tiene su propio ritmo y dinámica, y que el éxito radica en encontrar un lenguaje común que facilite la cooperación. Este enfoque personalizado no solo fortalece la relación entre los actores involucrados, sino que también crea un ambiente propicio para la innovación, fundamental para el desarrollo sostenible de la salmonicultura.
Uno de los aspectos más destacados del trabajo del Centro es su capacidad para unir la industria salmonicultora con soluciones innovadoras. A pesar de que la salmonicultura es un sector altamente tecnificado, enfrenta retos complejos que requieren un enfoque multidisciplinario. La plataforma de oportunidades del Centro ha sido crucial para conectar a corporativos con emprendedores que proponen soluciones creativas. Estos proyectos piloto no solo mejoran la eficiencia del sector, sino que también fomentan una cultura de innovación que puede transformar la industria en su conjunto.
El segundo Estudio de Innovación del Centro ha puesto de manifiesto las brechas existentes en el ecosistema regional, identificando la falta de capital humano especializado como una de las principales barreras. Brintrup destaca que es esencial fortalecer la colaboración con instituciones académicas y programas de formación técnica para desarrollar profesionales capacitados en áreas críticas como digitalización y sostenibilidad. Sin un plan claro para formar a estos expertos, muchas iniciativas quedan en un estado de inacción, limitando la capacidad del sector para avanzar hacia un futuro más innovador.
La regulación también se presenta como un desafío que el Centro busca abordar proactivamente. La incertidumbre generada por la falta de claridad en los procesos regulatorios puede desincentivar la inversión en innovación. Con el objetivo de solucionar este obstáculo, el Centro ha colaborado con gremios y organismos del sector público para proponer mejoras en el marco regulatorio. Brintrup concluye que el futuro de la salmonicultura chilena depende de la capacidad de consolidar iniciativas actuales y atraer inversión privada, asegurando que la innovación se traduzca en beneficios tangibles para la industria y contribuyendo a posicionar a Chile como un referente en el ámbito de la tecnología y la sostenibilidad.