Un difícil escenario económico es el que enfrentan empresas de distintos rubros producto de las consecuencias de las restricciones de movilidad por la pandemia del COVID-19.
El trabajo remoto obligó a millones de personas a adaptar sus jornadas laborales con su vida familiar, mientras que las oficinas de esas empresas permanecían vacías.
A más de un año de la pandemia, la tendencia se mantiene. Si bien algunas compañías hicieron volver a sus trabajadores, cerca de un tercio permanece en sus viviendas.
La pandemia y las oficinas vacías
Esto significó una vacancia en oficinas en general que afectó principalmente a la Región Metropolitana, donde se concentran la mayoría de las empresas.
La vacancia de oficinas sería actualmente de un 7,6%. Sin embargo, expertos estiman que esta cifra no bajaría con la disminución de casos de contagio, sino aumentaría por el cambio del paradigma.
El home office era una tendencia que se estaba haciendo más común antes de la pandemia y que se acentúo a la fuerza durante el 2020.
Para muchas empresas, disminuir el tamaño de sus oficinas y mandar a sus trabajadores a sus casas podría abaratar costos, sobre todo en un momento en que la economía aún no responde por las campañas de vacunación.
Las grandes empresas podrían entonces arrendar sus espacios a proveedores de servicios como almacenamiento.
Algunos trabajadores incluso están comprando viviendas fuera de las ciudades más pobladas ante la posibilidad de trabajar de manera remota.
Este fenómeno ya se consolidó en plena pandemia con un explosivo aumento de arriendo y compra de casas fuera de Santiago.
Pero no todos quieren trabajar desde sus casas y ahí se abre un nuevo nicho de mercado. Los coworks, espacios que se arriendan a startups o emprendimientos pequeños.
Con trabajadores queriendo salir de sus casas, muchas empresas podrían arrendar estos espacios más pequeños para que las personas puedan trabajar con mayor tranquilidad.
Hotelería en picada
Mientras algunas empresas logran reinventar sus espacios, otros conglomerados deben salir en busca de créditos para no quebrar.
Es el caso de la hotelería, uno de los rubros más afectados por la pandemia. En Chile, la crisis comenzó antes, durante el estallido social de octubre del 2019.
Esto porque Santiago concentra la mayor oferta hotelera y los hechos de violencia que se produjeron en esa época impidieron que turistas llegaran a la ciudad.
Durante esas semanas antes de la aparición del COVID-19, la ocupación en la capital chilena llegó apenas al 33%, un 47% menos que en el período anterior.
Los hoteles tuvieron que entonces bajar sus tarifas, unos 86 dólares por habitación en promedio, lo que significó un 27% de la disminución del precio normal.
Así lo informaron los conglomerados más importantes ubicados en el país como A3 Property Investments (Pullman, Novotel y Mercure), Accor Hotels, Inversiones Algeciras (que junto a Accor tiene la cadena Atton) e Inversiones Torca.
La mayoría de ellos tuvieron que cerrar por la falta de pasajeros y a medida que se mejoraron las condiciones sanitarias volvieron a reabrir tanto en Chile como en otros países donde operan estas cadenas.
Algunos de estos hoteles fueron utilizados como residencias sanitarias, permitiendo que no cerraran por completo.
Sin embargo, en general, las pérdidas para estos conglomerados fueron multimillonarias, al punto de que tuvieron que renegociar sus deudas con bancos los locales.
Las malas cifras afectaron también al comercio minorista en la Región Metropolitana.
En lo que va del 2021, enero tuvo un aumento del 4,9%. Sin embargo, febrero representó una baja del 0,7%.
Una positiva: El crecimiento del comercio
De todas maneras, entre los meses de enero y febrero el crecimiento del comercio fue positivo, en torno al 2,1%.
Cifras que son menores a lo esperado durante un año normal y que preocupan al comercio minorista sobre todo en las ventas presenciales.
Sectores como Vestuario y Artículos Electrónicos y Línea Hogar representaron un alza en las ventas físicas.
Los supermercados representaron también una disminución de las ventas presenciales, cayendo un 6% real anual.
Esta baja fue la que marcó la diferencia en el comercio minorista durante el mes de febrero, fecha en que nuevamente comenzaron los confinamientos en la capital.
Creación de empresas

La pandemia provocó masivos despidos y las cuarentenas impidió que personas dedicadas al comercio pudieran trabajar.
Pero no impidió que otros decidieran tomar el camino del emprendimiento. En Chile, la creación de empresas marcó un récord, desde el inicio del sistema el año 2013.
Según cifras del gobierno, en plena pandemia se crearon 158.586 nuevas empresas, un 14,4% más que en el año 2019.
La región Metropolitana lideró el registro con 63.106 nuevas empresas. Le sigue la región de Valparaíso, con 13.296 y el BíoBío con 9.457.
Y a comienzos del 2021 la tendencia se mantuvo. Solo en enero se crearon 13.812 nuevas sociedades, un aumento de 44,3% respecto al mismo mes del año anterior.
La región Metropolitana sigue liderando este registro con el 44% del total de nuevas empresas. La región de Valparaíso queda segunda y BíoBío en tercer lugar.
La región de los Ríos experimentó una importante alza respecto a años anteriores y la región de Magallanes fue la que menos nuevas empresas registró.