Un hecho lamentable empañó la noche de este jueves durante el desarrollo del encuentro entre Colo Colo y Fortaleza en el Estadio Monumental, correspondiente a la segunda fecha del grupo E de la Copa Libertadores. A medida que transcurrían los minutos del partido, el marcador se mantenía en cero, generando un ambiente de tensión entre los espectadores. Sin embargo, fue en el minuto 70 cuando se produjo un incidente que cambiaría el curso del encuentro, cuando un grupo de hinchas de Colo Colo rompió un acrílico en la galería norte y logró ingresar al terreno de juego.
Tras la irrupción de los hinchas, tanto el plantel como el cuerpo técnico del equipo brasileño se vieron obligados a abandonar rápidamente el campo, dirigiéndose en un clima de incertidumbre hacia los camarines. En medio de este caos, los jugadores del equipo chileno intentaron actuar con cordura, buscando calmar los ánimos de los hinchas y restablecer el orden en el estadio. Sin embargo, el susto ya había dejado una huella, y la tensión en las gradas de los espectadores no se disipó inmediatamente.
Aunque los barristas finalmente regresaron a su sector asignado, la situación ya estaba alterada. Los jugadores del equipo visitante decidieron permanecer en los vestuarios, optando por la Seguridad de no regresar a la cancha bajo las presentes circunstancias. Después de varios minutos de deliberación y en un ambiente de creciente preocupación, tanto los árbitros como los jugadores locales optaron por abandonar el gramado, dejando a los miles de hinchas presentes en un estado de incertidumbre que se tornó en preocupación.
Hasta el cierre de este informe, la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) no había emitido un pronunciamiento oficial sobre el futuro del partido. Existía incertidumbre sobre si el encuentro podría reanudarse en otro momento o si debería ser reprogramado debido a la gravedad de los acontecimientos. La situación despertó un gran interés mediático y la inquietud entre los aficionados al fútbol en toda la región.
Cabe mencionar que este incidente se dio en medio de un clima ya deteriorado por la triste noticia del fallecimiento de dos fanáticos del equipo dueño de casa, quienes perdieron la vida en situaciones relacionadas con la policía como resultado de un intento de avalancha en las afueras del estadio. Este hecho previo contribuyó a la creciente frustración y enojo de la hinchada, lo cual sin duda influyó en los desmanes ocurridos dentro del estadio en el transcurso del partido.
