Grupo sueco-canadiense puso en pausa un proyecto de expansión subterránea a causa del nuevo royalty minero y anunció conversaciones con autoridades argentinas para iniciar operaciones en ese país.
La compañía Lundin Mining Corp, cuya inversión más reciente en Chile alcanzó los US$1.000 millones, puso en pausa la ampliación de su faena ante la posibilidad de un cambio de reglas tributarias en el país.
El proyecto de expansión, cuyo presupuesto se estimaba en US$ 500 millones, quedó paralizada a la espera de que se resuelvan las incertidumbres que se han generado en torno a un cambio en el royalty minero, cuyo mecanismo en discusión podría elevar la carga tributaria hasta un 80%, es decir, el doble que en países competidores como Perú o Australia.
«Vamos a esperar y ver antes de poner demasiado dinero y estoy seguro de que todos los demás están haciendo lo mismo», advirtió Lundin en una entrevista el martes. «Si hay demasiada incertidumbre en el próximo año, año y medio, obviamente no presionaremos el botón».
«Los países quieren ingresos más altos, lo entiendo», agregó. «Pero si grava demasiado, es muy difícil reinvertir de nuevo».
Argentina y Perú ganan terreno
Ante un posible escenario tributario adverso en Chile, el grupo Lundin Mining Corp ya está mirando hacia el otro lado de la cordillera, en cuyo territorio ya han realizado estudios de perforación.
En ese sentido, ya se están negociando términos con las autoridades trasandinas, luego de que se presentara en febrero una evaluación de impacto ambiental y social para un proyecto en San Juan que sería tan grande como la mina Candelaria, y cuya construcción costaría entre US$ 4.000 millones y US$ 5.000 millones.

Por otra parte, en Perú también se preparan para albergar nuevas inversiones, anticipando que una carga tributaria excesiva en Chile a causa del royalty minero, provocará la fuga de capitales hacia ese país.
La inversión previa de Lundin Mining antes del cambio en el royalty minero
La compañía canadiense que hoy es el centro de la noticia llegó a Chile y Sudamérica en 2014. Su gran inversión ese año fue la adquisición del complejo minero Candelaria, una de las minas de cobre más importantes del país.
Para hacerse acreedor del 80% de las acciones (el otro 20% es propiedad de la empresa japonesa Sumitono), tuvo que desembolsar US$1.800 millones en una primera instancia, para luego otorgar otros US$200 millones más a Freeport-McMoRan, quien fue dueño de la mina a cielo abierto hasta ese entonces.
Con esta compra, Lundin Mining expandió su presencia mundial a gran escala, considerando que ya tenía presencia en Portugal, Suecia, España y Estados Unidos. Hoy con las dudas que tiene acerca de invertir nuevamente en Chile a causa del royalty minero, su llegada a un nuevo país podría ser inminente.